13 may 2013

Dudas sobre el Biber


Políticas locales de la criticalconfusion: la pendejada esta de Kurizambutto

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En pasadas semanas un par de agentes de la critica del arte contemporáneo pusieron sus ojos sobre el caso Kurizambuto; una pagina en Facebook con presencia en otras redes sociales dedicada a la diatriba del arte contemporáneo.  Lo cual dio lugar a un episodio más de la delirante autorreferencialidad del discurso sobre el arte contemporáneo. 


La batalla teórica
En  esta esquina JavierToscano, el cual defiende a Kurizambutto como “una fachada lúdica desde la cual generar un número de comentarios a veces evidentes, a veces ácidos, siempre humorísticos”. En la esquina contraria tenemos al Comité Invisible Jaltenco el cual repudia a Kurizambutto por que  “su parodia sin principios críticos es burla superficial, carecen de criterios de evaluación y de postura (¡ni se hable aquí de una política!)” . El primer golpe lo lanza Toscano en un articulo con una defensa del desmadre de los insolencias interneteras lanzadas desde el anonimato; anonimato como medio válido de eludir las represalias en un sistema artístico donde existen límites de lo expresable (¡ el medio artístico tiene censura y autocesura, no lo puedo creer!)  los límites son descritos con los casos de los artistas Artemio, el cual se autocensuró alguna vez de ponerse a replicar en masa obras de otros artistas y el caso de Miguel Ventura con las piezas en la exposición Cantos Cívicos y los videos Nilcstac y Mexican War Fair. El contraataque de los Jaltenco viene con una critica a las interpretaciones de Toscano de sus ejemplos con sutilezas como las de que Toscano no entiende el Umfunktionierung bretchiano o el concepto de constelación benjaminiano en la obra de Ventura. En fin, el invisible comité somete a revisión ejemplos y argumentación para concluir que Toscano no está a la altura de una verdadera crítica directa del mundo del arte y Kurizambutto tampoco.
Lo que es de verdad intrigante es tal despliegue crítico para situar a Kurizambutto en el panorama de artistas contemporáneos o ante Duchamp y Rauschenberg, antes de leer a Kurizmabutto en su práctica concreta de trolero de intenet. Los ejemplos son todos intervenciones dentro del campo del arte contemporáneo, los cuales son usados para establecer la capacidad crítica o la incapacidad crítica desplegada por Kurizambutto. Pero quizás, sólo quizás, estemos ante el caso de que el crítico convierte en arte lo que toca y como en la maldición del rey Midas esto no permite que el teórico pueda en realidad saborear su objeto de atención; antes de morderlo ya lo convirtió en oro.


El rey del troleo
La pagina de Kurizambutto se dedica al troleo: al arte de provocar, molestar, agredir e insultar. El trol actúa con el mismo espíritu de quien escribe en el muro de un baño público “Guillermo es puto”. Así nomás, a ojo de buen cubero, les puedo decir que el 99% de los escritos en baños públicos son anónimos y que declaraciones de que a “Luis le gusta la verga” o “me cogí a Avelina” no están firmados por personaje reconocible alguno, y si alguna firma existe son identidades como las de “El mas chingón” o “tu papasote”. Internet tiene espacios que actúan en este sentido de baño público, allí donde se pueda crear un nombre de usuario cualquiera sin la necesidad de una identificación personal llegara alguien a escribir “La Kurimanzuto me la pela”. Pretender extender a sentidos heroicos el anonimato del trolero es absurdo, comparten sólo la característica del anonimato con el disidente perseguido o con el artista en procesos de cuestionamiento de la autoría.
Regresemos al muro del baño; después de que alguien escribe “Guillermo es puto” vendrán otros a poner debajo “Si es bien puto” “puto el que lo escribió” “puto el que lo lea” y así con el oscuro placer de manifestar lo socialmente no aceptable en un instante de escritura que formaliza la enunciación del insulto este adquiere continuidad en el tiempo y una existencia formal. Guillermo, el aludido como puto, querrá borrar el insulto si le es posible. Lo peor que puede hacer Guillermo es escribir “No soy puto/ atentamente: Guillermo”. Pero qué demonios le interesa a Guillermo que le digan puto desde el anonimato de un baño público, pues si le interesa y borra el insulto. Entonces vendrá lo interesante; una batalla de pintar y borrar. La tensión existente entre la escritura y el borrado crea la verdadera atención en este drama del insulto escrito. Vendrá el “donde sepa quién eres te romperé la madre”. Guillermo interactúa con un personaje construido en su imaginación a partir de los pocos enunciados de la pared, un personaje a vencer que le responderá “no me la partes porque eres bien putote” y en estas vueltas del diálogo sostenido por escrito el anonimato se transforma en una afrenta más, ante la imposibilidad de demostrar que “yo si te la rompo porque el puto eres tú”.

Kurizambutto con una pagina de Facebook convertido en su personal y controlado baño público se dedica precisamente a molestar e insultar a personajes del mundo del arte. Internet le da ventajas pues en su página, en su pequeño mundo, el creador del sitio borra lo que quiere, suplanta el discurso del otro, le atribuye reclamos, juega entre falsos perfiles y perfiles auténticos. Establece confrontaciones donde irrita y provoca; cada confrontación provoca atención y seguidores. Todo es un simulacro de una batalla, donde Kurizambutto crea imaginariamente a hordas de “perritas” que lo atacan, complots en su contra y llamados a los fieles. Kurizambutto ya logró el objetivo de ser el personaje que te contesta “no me la partes porque eres bien putote” y la gente se involucra a nivel emotivo con el miserable que no da la cara; el personaje ya es aplaudido y atacado. Funciona a un nivel básico de la diatriba, con comentarios que cualquier ebrio en una inauguración dice ante alguna obra con mayor o menor gracia. En el caso de Kurizambutto siempre es la gracia menor.

Kurizzambuto ha logrado crear la sensación de la confrontación entre lo escrito y lo borrado, apela una y otra vez a los ataques reales o ficticios a la página, como presentación narra que “Kurizambutto surge como una galería que expone contenido artístico libre en respuesta a la censura de nuestro artista Grabiel Orozco” vayan ustedes a saber si esto sucedió en verdad o no; pero lo importante es esta narrativa dentro de la cual sucedió el acto del borrado. La operación crea un síntoma a leer; en la narrativa del borrado de insultos dirigidos al arte contemporáneo existe un numero relativamente alto de público atento al insulto y su existencia.




Pensemos en cifras del fenómenos del troleo internetero. Una discusión en twitter sobre si JustinBieber es lesbiana o no, sólo por poner un ejemplo, levanta millones de participaciones alrededor del mundo, con hordas de troles molestando a las seguidoras de Bieber, Y las “believers”  tratan de borrar el insulto a su ídolo y a su vez insultan a los “Haters”  y así con nombres definidos para cada bando crean una espiral creciente de insultos que cualquier fin de semana está en los Trending Topics de Twitter. En un contexto local sólo una de las múltiples cuentas que ganaron fama por difundir chistes presentando a la cantante Ninel Conde como una idiota tiene mas de cincuenta y cuatro mil seguidores.

Una sola cuenta dedicada a una artista pop cualquiera tiene veinte veces más seguidores que Kurizambutto, el rey del troleo en el arte contemporáneo. Existen terrenos mucho más fértiles y con energías inmensas moviéndose en los terrenos del troleo en internet con  actores e inmensas comunidades dedicadas a el arte de la provocación y el insulto. Kurizambutto es apenas una aplicación de estas dinámicas troleras en el ámbito del arte contemporáneo mexicano. Y bueno dos mil quinientos seguidores son un síntoma de una veta inexplorada de partidarios de la visibilidad del insulto. Pero de eso a la existencia de una operación crítica sobre el arte contemporáneo creo que existe mucha distancia, a menos que la tensión entre la enunciación y el borrado del inulto sea dicha operación presuntamente critica. Kurizambutto es una muestra del descontrolado rencor presente alrededor del arte contemporáneo. Kurizambutto es la tardía llegada de especificas estrategias de troleo a el área del arte contemporáneo mexicano. En Kuramasputo reformulamos la pregunta de si el troleo es una operación crítica dentro del campo del arte.

A todo esto el Invisible Jaltenco le pide seriedad al payaso de la fiesta, y al no encontrarla el payaso no es un sujeto válido de la pureza teórico-revolucionaria muy del gusto del comité. Javier Toscano le busca la función cívica del insulto. Mientras tanto el payaso lepero de esta pachanga del arte contemporáneo se declara “arreando bueyes…. y también burros”

7 may 2013

la elegancia de las piezas de contenido social


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el retorno de la pintura


99%


lo importante es el proceso tú sabes


y mejor


Indio, Sol, dos equis